Los malos resultados de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) -que ha obtenido 3 escaños- han tenido su primera reacción. El número dos del partido, Joan Puigcercós, ha dimitido de su cargo en la Generalitat, donde era consejero de gobernación. Según el, su intención es dedicarse exclusivamente a su partido después del descalabro electoral, pero los analistas apuntan que se quiere hacer con las riendas de ERC y desbancar a Josep Lluís Carod-Rovira como líder del partido.
Tanto es así que a Carod le ha pillado todo por sorpresa y en los actos públicos no se habla con Puigcercós. Algo ha cambiado en este partido indenpendentismo catalán. La sobriedad de Joan Ridao parecía que iba a hacer triunfar la razón en el partido, pero no ha sido así. El lado más reivindicativo del partido ha golpeado sobre la mesa. Los bandos que encabezan Joan Puigcercós y Josep Lluís Carod-Rovira se retiraron ayer a sus trincheras para una guerra de posiciones, psicológica y de propaganda que se podría alargar hasta Semana Santa o el consejo nacional republicano del 29 de marzo, que fijará las reglas del congreso de junio.
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